Tacubaya
10 de agosto de 1971
Conchita y Luchis, mis
queridísimas hijitas:
Hoy recibimos sus
cartitas de Madrid, en las que nos dicen todo lo que se han paseado y todo lo
que han visto y gozado. Ojalá que aquella señora no les agüe en parte su viaje.
Gran gusto me dio que hubieran visitado el Palacio Real y el Museo del Prado,
que encierra tantas joyas maravillosas. Quisiera que en esos casos no
estuvieran cansadas, para poder disfrutar bien de ello. Tú has leído bastante
sobre todo esto, Conchita; pero… ¿qué, Mayita no se presta a decir algo?
¿Cómo está Amelia? Les
recomiendo, como siempre lo hice, que sean muy atentas, dóciles y acomedidas
con ella, porque recuerden que por su bondadosa compañía se pudo lograr este
viaje. Todo viene de Dios.
Hoy le escribí por
segunda vez al hermano Manuel Arellano, recomendándole a ustedes. Amelia preguntaba
por la cartas de los padres, y creo que deben ponerle un sobre y dársela a
ella, para que la presente en mis dos cartas al hermano Manuel Arellano. Le he
dicho todo lo que debía acerca de la señora Suárez y sobre el número de personas
que van con ella. Creo que mientras más será mejor con respecto a la audiencia papal.
Si les habla el hermano
por teléfono, díganle que ahí le tienen unas cositas y que le agradecerían
mucho se sirviera recogerlas. Yo ya se lo indiqué así.
Con respecto a su
itinerario, mamá y yo hemos estado viajando con ustedes paso a paso. En Lourdes
rezamos el rosario especialmente en su compañía.
Con respecto a las
miniaturas, si quieren alguna pueden conservar el papelito de dirección y
decirle a Amelia que dicha persona es una de las que trabajan mejor y por eso
la recomiendo el padre Tena.
Saluden, si pueden, al
padre Vizoso de mi parte, y díganle que no nos olvide. Reciban muchos besitos y
eoncomiéndense mucho a la Virgen. Ya
saben que viven dentro de mi corazón.
Ma
P.D. Saludos muy
cariñosos a Amelia y a todos. Vale.
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